19 de diciembre 2013 Benimaclet |
foto de internet |
19 de diciembre 2013 Benimaclet |
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No soy una persona a la que le guste mucho la carne, desde niña que no he soportado comerla, solo ver el filete de ternera me daba vomitera y el olor a sangre me impide cocinarla.
Estuve un tiempo sin comer carne, solo comía fiambre y alguna pechuga de pollo, luego en un viaje de visita a unos amigos a Vielha como que mi cuerpo pedía chuletas, y las comí de nuevo e intenté que me gustara, pero... sin éxito.
Unos años después, tras ver como está el planeta y ver lo que le hacemos a los pobres animales por nuestro capricho de comer carne, decidí dejarlo, pero dejarlo del todo, hasta el fiambre. Llevo 6 años sin probar jamón serrano, ni chorizo, ni fuet...eso es lo que más me costó dejar, la verdad sea dicha, porque el resto, con el mal sabor que tiene me costó bien poco.
Aunque la industria cárnica mueve muchísimos millones y no le interesan los vegetarianos ni los veganos, solo en España se factura más de 33.000 millones al año, como para pensar ellos en nuestra salud y el medio ambiente, así que mucho menos en los animales.
Hay un proverbio indio que me acompaña desde que murió mi padre y dice así:
Cuando el último árbol sea cortado,
el último río envenenado,
el último pez pescado,
sólo entonces,
las personas se darán cuenta
de que el dinero no se puede comer
Y cuanta razón tiene, como nos engañan con eso de que es necesario para nuestra dieta comer carne, solo para no dejar de consumir y enriquecerse, sin importar nada más. Llevo 6 años sin probar la carne y mis analíticas son perfectas, ni colesterol, ni nada de nada, todo perfecto, sin embargo amigos carnívoros, con las analíticas que siempre les falla el colesterol y alguna que otra cosa.
Debemos saber que la carne ya no es lo que era, los animales ya no están por el prado disfrutando de la vida, no comen hierba, están en granjas enjaulados, maltratados y sin ver la luz del sol, inyectándoles los nutrientes químicamente para asesinarlos después salvajemente, así es la gran mayoría, de todo hay en la viña del señor, pero si vierais lo que les hacen realmente no comeríais carne en la vida, pero no interesa pensar en ello. El mismo Paul McCartney ha dicho: Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todo el mundo sería vegetariano...
Me hace gracia la hipocresía de nuestra cultura, las personas que aman a sus mascotas y van de defensores de los animales, pero se comen otros animales y no quieren que les digas nada, porque no van a dejar de comer carne aun sabiendo lo que sufren los pobres, o son veterinarios que se comen a sus propios pacientes (por eso de que comen animales).
Vivimos en una sociedad anestesiada que prima el hedonismo, a la empatía, el respeto y la cordura.
Los animales sienten como nosotros, los cerdos son más listos que los perros imaginad lo que pueden sufrir, hay una vaca que estando en la cola para el camión del matadero, huyó y pasó el resto de su vida en un santuario (buscad la noticia es genial).
Imaginad, los animales tiene los sentidos del oído y el olfato muchísimo más desarrollado que nosotros, cuando están en la cola del matadero con olor a sangre y los gritos de sus compañeros, como sufrirán, las personas que allí trabajan dicen barbaridades de lo que se les hace a las pobres criaturas.
¿Desde cuándo nos creemos mejores que ellos, y con el derecho a arrebatarles la vida?
¿Cómo podemos ser tan hipócritas de crear leyes de bienestar animal y seguir permitiendo la producción de carne para que acabe en la basura? Porque no se si sabréis, pero el 2,7 % de la producción acaba en la basura. Mueren para nada, solo para que tengas en cualquier super, la comida que se te antoje cualquier día, y no solo repercute en eso, si no también en el planeta por lo que nos cuestan sus gases y los terrenos que usan y las aguas...
Para colmo cada vez hay más enfermedades, hay que tener en cuenta que ya no vivimos en la prehistoria, apenas nos movemos, llevamos una vida sedentaria y no necesitamos esa ingesta masiva de tantas comidas, y menos tanta carne, así que engordamos y nos provocamos enfermedades, obesidad, cáncer o problemas con el intestino, etc., por lo que tengo entendido la limpieza en las granjas cárnicas brilla por su ausencia, pero que más da, así ellas se hacen ricas y las farmacéuticas también.
Yo cada vez que tengo la tentación me imagino la cara de un cerdito y me alegra saber que no contribuyo a esa matanza, aunque me queda mucho por hacer, ya que aun consumo queso y huevos y algún que otro pescado, si es que se puede llamar pescado a los medallones de merluza y el atún enlatado, pero sigo en mi camino de ir reduciendo ese consumo.
Os recomiendo un libro:
POR QUÉ AMAMOS A LOS PERROS, NOS COMEMOS A LOS CERDOS Y NOS VESTIMOS CON LAS VACAS